MOTORES LINEALES BELLTRON EN METZ
Date: April 27, 2024
La Catedral de Saint-Étienne en Metz atrae a más de 700,000 visitantes al año porque, además de ser un importante lugar de culto local, es también un majestuoso y prestigioso edificio, uno de los más grandes y altos de Francia, que no deja indiferente por su imponente arquitectura y su valor histórico y artístico.
La Catedral, además de ser el lugar natural donde el pueblo de los fieles se reúne para las principales festividades del año litúrgico, es también testigo de la fe transmitida por todos aquellos que han contribuido a construirla y embellecerla a lo largo de los siglos.
Con sus 6,500 m2 de vidrieras, la catedral de Saint-Étienne posee la mayor superficie de vidrieras contenidas en un edificio en Francia, incluyendo obras realizadas en el siglo XX por artistas como François Villon, Georges Bissière y Marc Chagall.
En el exterior de la iglesia se pueden admirar dos imponentes torres: la Tour de la Mutte, al sur, y la Tour du Chapitre, al norte. La Catedral, además de por sus vidrieras, es famosa por la inmensa campana cívica instalada en la Tour de la Mutte, cuyo peso estimado ronda los 9,000 kg. Después del fin de la guerra de 1918, se tocó tanto que desde la torre comenzaron a caer piedras debido a las excesivas tensiones en la estructura. Por esta razón, se mantuvo inmóvil durante décadas.
Este año se han instalado cuatro motores lineales Belltron de la empresa Voegele, y la campana cívica de la Catedral ha vuelto a moverse.
Los motores lineales Belltron funcionan mediante impulsos electromagnéticos y carecen de ruedas o cadenas. Los parámetros de ajuste son precisos como los de los motores rotativos, pero presentan numerosas ventajas: son estéticamente discretos, su instalación es más fácil y la ausencia de partes mecánicas sujetas a desgaste hace que no requieran mantenimiento. Estos motores, según el modelo elegido, son capaces de accionar campanas de pocos kilogramos o de varias toneladas.
Un cuadro eléctrico o módulo de control, instalado cerca de las campanas, regula todos los parámetros. La velocidad, el ángulo de elevación y el arranque y parada suave hacen que el inicio y la frenada del movimiento sean progresivos, como si la campana fuera accionada por la mano del hombre, limitando así al máximo las tensiones en la torre del campanario.
Los motores lineales son controlados y programados de manera sencilla e intuitiva respetando las tradiciones locales de toque de campanas.
La programación de los toques puede realizarse en horarios diarios, semanales, anuales o en ocasiones de festividades fijas y variables, con la posibilidad de iniciar toques extraordinarios de manera inmediata siguiendo instrucciones autoguiadas.
Por último, es posible controlar los servomotores a distancia, mediante control remoto, teléfono, Internet o aplicaciones de teléfonos inteligentes.
Gracias a este sistema, es posible preservar y valorizar el legado histórico y cultural de la Catedral de Metz mientras se abraza el futuro con las nuevas tecnologías.